Hoy escuché a un hombre que hablaba por celular, detrás de mí, en la peatonal. Decía “Hola, era para avisarte que por suerte Rolando dio bien el examen. .. Si, por suerte le fue bien…”
Y me puse a pensar en ese “por suerte” y me dieron ganas de decirle al señor: “Discúlpeme señor, ¿Rolando es su hijo? ¿Su amigo? ¿Por qué no le da un poco de crédito y piensa que fue porque se rompió el culo estudiando que le fue bien?”. Me hubiera ligado una buena piña si le hubiera hablado así, pero ¿no tengo razón acaso?
Me puse a pensar en todas las veces que le damos crédito a la suerte:
“Por suerte vino”, en realidad vino porque existen los medios de transporte y porque tenía ganas de venir
“Por suerte me fue bien en el laburo”, te fue bien porque tenes capacidad o porque hiciste lo que tenías que hacer
“Por suerte no llamó”, no llamó porque no habrá tenido tiempo o porque no se le habrá dado la gana llamar
“Por suerte no me lo cobraron”, en realidad no te lo cobraron por boludos o porque no correspondía
“Por suerte estuvo lindo”, estuvo lindo por un par de causales más que la suerte, como la densidad atmosférica, el clima, la humedad en el ambiente y otro par de cuestiones más de ese tipo
“¿Cómo estás? Bien, por suerte”, si estás bien ‘por suerte’, por desgracia vas a estar mal, ¿o me equivoco? Se puede estar bien por muchas razones más valederas que la suerte, que…¿qué es?
“Por suerte salió todo lindo”, No señor, por suerte no, porque nos rompimos el orsss para que saliera bien.
La “suerte” es un concepto abstracto que no tiene demasiada inferencia en la vida del ser humano, salvo en caso de que ese ser humano sea un jugador compulsivo y alguna vez gane algo. Ahí sí, el imbécil que viene apostando toda su plata en lugar de gastarla en sus necesidades, va a recuperar un mínimo de lo que viene perdiendo y va a decir “tuve suerte” o “qué suerte” o “la suerte está de mi lado” y no se va a dar cuenta de que “suerte” es no perder lo poco que le queda por no poder para de jugar.
También podríamos hablar de “suerte” si se cae un meteoro y no nos pega en la cabeza, porque esa clase de eventos no pueden ser previstos. Pero si cruzamos mal la calle y no nos pisa un auto de pedo, eso no es suerte, eso es que sos un pelotudo que no sabes cruzar la calle con precaución y de pedo o casualidad o de que “no te llegó la hora” no te pisaron. Pero no de “suerte”.
Odio escuchar el “por suerte bien…” cuando le preguntan a alguien cómo está. ¿Qué hizo “suerte” para que estés bien? ¿Te mantiene? ¿Te hizo un regalo? ¿Te trata bien? ¿Dónde vive suerte? ¿Cuántos años tiene?
Dejémonos de joder, que suerte no es una persona, es una palabra que tiene escaso sentido. Llamemos a las cosas por su nombre.
Hoy encontré un par de frases, muy graciosas por cierto, relacionadas con la puta suerte:
- La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera. (Así que tené cuidado con la puntería y no le des por el culo a alguien)
- La suerte favorece sólo a la mente preparada (El autor de esta pavada se creía preparado. Si hubiera tenido bigotes, hubiera dicho “...solo favorece al que tiene bigotes”, dejate de joder!)
- La felicidad en el matrimonio depende enteramente de la suerte (Si, no depende de la fidelidad, ni de la afinidad de carácter, ni de que la convivencia sea perfecta o de que el amor dure para siempre… depende de la suerte…. Por favor!)
- La felicidad consiste, principalmente, en conformarse con la suerte (Buenísima frase para terminar mi idea, el que cree que la suerte va más allá de ganar la lotería, que se abstenga de hablarme de aquí en adelante!)
A ver si nos dejamos de pavadas y usamos un poquito la cabeza Señor; a Rolando le fue bien porque algo habrá hecho para que le vaya bien y si tuvo suerte, que se vaya a una agencia de lotería o al casino y aproveche la racha!!!
1 comentario:
No olvidéis, que para tener suerte, hay que tener suerte.jajajaja.
Pero tampoco olvidéis, cosa que olvida todo el mundo, que hay buena suerte y mala suerte.
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