Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

martes, 8 de febrero de 2011

Un zoológico en la oficina

Como comentara algunas publicaciones atrás, todavía no me he tomado las vacaciones. Afortunadamente falta poco, porque tengo ganas de inventar un sistema para que Perfectina se autodestruya 10 segundos después del próximo comentario que haga acerca de mi vida.
Ahora adoptó la moda de meterse en mis conversaciones telefónicas, con lo cual ya no puedo ni hablar con mis seres queridos, porque ella va a tener algo para decir que a mi me importa tres carajos.
Pero olvidé presentarles al resto del staff. Comencemos con Porky, a quien todavía no había presentado porque estuvo de vacaciones y me olvidé de su existencia. Porky es un ser que no habla, grita. Porky limpia su mate dándole golpes en el tarro de la basura, todos los días a la misma hora y sin importarle si a los demás les molesta semejante quilombo. No sería tan malo que hiciera ese ruido, si no fuera porque inmediatamente después aparece en la oficina y se dedica a evaluar si tengo buena o mala cara. Porky me hace acordar al tío malo de Harry Potter. Porky solo pide favores profesionales y jamás los agradece. Porky no sabe comunicarse con sus pares, no entiende los mecanismos de las relaciones sociales, por eso se relaciona a través del maltrato y la arrogancia. Sabe tanto o más que Perfectina y conoce todo: el mundo, la ciencia, las comidas, las familias. No hay cosa que se le escape a Porky. Así es que la oficina es un carnaval, pero de gente que solo destila veneno.
Si fuera un zoológico, sería solo de víboras y arañas. Yo sería un cachorrito de tigre, hermoso hasta que le hinchas las pelotas, que no es mucho más allá de los primeros 5 minutos de relación.
Para terminar de armar el circo, aquí cerca tengo al Gato Miseria. Es gato porque siempre se quiere levantar minas, a pesar de que ya el nervio ciático no lo deja ni levantarse a la mañana y miseria porque, a pesar de tener una muy buena condición social, se lleva las mermeladas que les dan a los huéspedes del hotel de enfrente cuando cruza a tomar un café y las bandejas del avión para el microondas, porque “no sabes lo útiles que son”. No, la verdad no lo sé y no voy a robármelas para comprobarlo, para eso estás vos, que no sos de cuarta, sos de décima! 
Entre él y Perfectina existe la mejor onda, sobre todo porque Perfectina se cree una femme fatale y viven jugando a la seducción histérica de escritorio a escritorio. Y en este punto y relacionando todo con el zoológico, Perfectina entra cómoda en el papel de Hiena, que según google, es el animal que siempre ha sido considerado por el humano como "despreciable".
Sigo entonces: cuando Perfectina y el Gato Miseria se cansan del jueguito histérico, se burlan del cachorrito de tigre y (Perfectina sobre todo) se rien a carcajadas.
Yo cuento hasta 200 millones. A veces no aguanto y reacciono, siempre con respuestas que a ellos les sirven para seguir riéndose de mí. Ahora estoy tratando de no responder, de ignorar, pero me cuesta muuuucho.
Hace un rato, cuando corté la llamada personal que venía manteniendo y que interrumpí porque Perfectina y el Gato Miseria llegaron, Perfectina me dijo “Jajaja, cómo te voy a extrañar, me mata cómo le hablas a la gente por teléfono”…………… y podría escribir puntos suspensivos hasta el infinito. Mi respuesta fue “Grabame” y seguí en la mía.
Momentos antes, ambos habían estado analizando la inexistencia de nervios en mi persona ante determinados acontecimientos en mi presente. De laburar ni hablemos, ¿para qué? Si total podemos romperle las pelotas al prójimo y encima nos pagan a fin de mes.
Me gustaría tener ese poder mental para que las cosas que deseo respecto de la gente que me jode se hagan realidad en un santiamén. Por ejemplo, Perfectina está volviendo de la fotocopiadora, me muero por verla resbalarse y hacerse un tajo en su pollera perfecta planchada y perfumada. Pero tenemos alfombra en la oficina, así que es casi imposible que se resbale.
También me gustaría que cada vez que el Gato Miseria hace ruido cuando traga café, se le vaya el líquido por el orificio incorrecto y se ahogue y nunca más quiera tomar nada.
Con respecto a Porky, quisiera que alguna vez lo traten tan mal como él me trata a mí, desde ese lugar altanero de machista antiguo.
Por ahora, este cachorrito de Tigre les hace pito catalán al resto del zoológico porque pronto llegarán mis vacaciones y ellos van a tener que buscar a alguien más para romperle las pelotas.


Ojalá lo encuentren en mi ausencia, porque de lo contrario me voy a contactar con la Mujer Maravilla en persona y le voy a pagar lo que sea con tal de que me enseñe a usar mis poderes y cagarme en todos estos animales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Avisame donde, cuando y yo les meto una bomba a estos cadaveres de zoologico porno, son insoportables, pero simpre hay alguien que los destruye...y si hablan de vos conciderate IMPORTANTE..sino no hablarian..siga la tuya hablan de vos porque no tiene vida propia. me encantaria conocerlos para dejarlos con la boca abierta y algo mas..