Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

lunes, 7 de febrero de 2011

Las mil y una formas de disimular que no estás haciendo nada

Es notable cómo uno se inventa cosas para hacer cuando no quiere trabajar en su trabajo. A veces hasta resulta mucho más engorroso encontrar algo que hacer antes que trabajar.
Muchas veces se torna absolutamente aburrido meternos en tareas alternativas. No obstante ello, la mayoría de los que no queremos trabajar podemos considerarnos doctorados en “hago de cuenta que trabajo”.
Es natural que unos días antes de salir de vacaciones o unos días después de volver o llegadas las fiestas o los viernes al mediodía, o cualquier día del año por cualquier motivo no justificable, no tengamos ganas de trabajar. De pronto, lo que veníamos haciendo casi con ganas y sin la menor objeción, se convierte en la tarea más pesada y desagradable.
Entonces decretamos el “fin de jornada” antes de que termine y nos disponemos a hacer todo lo que “tenemos que hacer”, pero relacionado con nuestras vidas.
Leemos los mails, chequeamos el clima para el fin de semana (aunque sea lunes), leemos los titulares de algún periódico virtual, llamamos a alguien por teléfono, mandamos un mensaje de texto, bajamos al cajero, a pagar una cuenta, a cambiar monedas, al quiosco y cuando volvemos, empieza la farsa.
Cualquiera de las actividades antes mencionadas, pueden ser llevadas a cabo por compañeros que están trabajando. Con lo cual, uno también puede llevarlas a cabo y aun así,  seguir con sus obligaciones. Sin embargo, aquellos que estamos cansados de trabajar, solemos tomarnos un par de horas o hasta un día entero de descanso en el lugar de trabajo.
Entonces, tenemos abierta la casilla de mails personal y la del trabajo y vamos cambiando de pantalla según quién se nos acerque al escritorio. En caso de que alguno de nuestros compañeros se acerque, releemos cuantas veces sea necesario los mails del trabajo, no sea cosa que sospechen!
Nunca debe faltar un Word abierto, con un par de párrafos (copiados de internet) referidos al tema que supuestamente nos tiene trabajando. Así, si se acerca nuestro jefe, podemos dejar de escribir el mail al amigo/a y pretender que, en realidad, estamos redactando muy concentrados el informe que se nos pidió.
Si ocupamos el tiempo con una llamada personal, es muy importante cambiar el tono a "serio" ni bien alguien irrumpa en nuestra oficina y utilicemos los monosílabos, dando a entender al receptor que no podemos hablar taaaan libremente. 
También podemos mechar los mails y chats con amigos aburridos, con llamados a compañeros de trabajo solicitando “algo”, sin importar demasiado “qué”. Una tarea que nunca falta es la búsqueda de cosas que necesitamos comprar, ya sea en google o en los clasificados virtuales.
Para los amantes de Facebook, esta herramienta es casi indispensable a la hora de “hacer huevo”. También están los más intelectuales que ocupan su tiempo de “no trabajar” en la búsqueda de algún curso o en el aprendizaje de un idioma on line.
Yo he intentado hasta leer un libro on line con tal de no trabajar y me resultó demasiado incómodo para la vista.
Otras herramientas a las que podemos recurrir son los problemas con la computadora, el archivo de carpetas viejas, ordenar los cajones de nuestro escritorio, ofrecerse a sacar fotocopias o hasta lavar todo lo que esté usado en la cocina.
En definitiva uno termina aburriéndose de “hacer nada” y eventualmente sucumbe a los papeles de trabajo y vuelve a la razón que lo mantiene atado al escritorio durante 8 horas.
Pues bien, esta semana me encontraré entre fotocopias, cajones desordenados, estado del tiempo y llamados personales. También tendré que sucumbir a un par de informes que me miran con desprecio porque no quiero encargarme de ellos. Y todo quedará listo para mi partida y para disfrutar de mis hermosas vacaciones.
Eso sí, si bien voy a trabajar, me voy a levantar 40 veces para cambiarle la yerba al mate, ir al baño, cargar más agua, comer una fruta y seguramente vuelva a leer los titulares del diario, esta vez para ver cómo va a estar el tráfico a la salida del trabajo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que buenas estrategias para rascarse el rabo, lastima que yo no lo puedo hacer me encantaria

Anónimo dijo...

jajajaja...jamás lo hice ni lo volveria a hacer...