Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

miércoles, 1 de junio de 2011

No estoy taaan mal...

‘Qué difícil se me hace…’ cantaba César ‘Banana’ Pueyrredón hace unos años. Me da la sensación de que le erraron con la fruta, debió haber sido César ‘Pera’, pero nadie me preguntó qué opino de César, ¿no?
A mí se me está haciendo difícil no ser yo. Es complicado, porque uno de estos días voy a recibir un golpe y ahí me quiero ver, levantándome y retomando mi postura con un puño marcado en la cara.
Cuando veo al personaje del programa Duro de Domar que llega cada noche y dice “estoy re caliente”, me mato de risa. Y resulta que luego no me causa ninguna gracia escucharlo de mi boca, dos o tres veces por día.
Pero parece que hay gente que está peor que yo y que pierde la cordura con mucho menos de lo que yo necesito. Hace dos días, sin ir más lejos, tomé un colectivo para volver a mi casa luego de un largo día y la unidad demoró 20 minutos en hacer… ¡¡¡2 CUADRAS!!!
Yo no tenía apuro, es más, me daba igual llegar más tarde o más temprano. Una mujer de unos 2 o 3 años más que yo, en cambio, experimentaba todo lo contrario. El colectivo apenas avanzaba a 0.5 km por hora cuando uno de los pasajeros decidió bajarse y yo vi la oportunidad de sentarme. Pero inmediatamente esta mujer apurada comenzó a gritarle al chofer “¿No podes seguir por esta calle para tomar la avenida?”. Para empezar, toda oración que comienza con el “no” está condenada al fracaso. Pero me dio la sensación de que tal sugerencia no iba a ser bienvenida por la mujer, así es que no le dije nada. A esa pregunta y la obvia negativa del chofer, le siguieron los comentarios y llamados telefónicos de algunos pasajeros, tales como “estamos atascados hace 20 minutos y el chofer no quiere desviarse de camino, así es que ponele un plato más que capaz quiere cenar con nosotros” o un “no sé a qué hora voy a llegar porque el chofer se desvía siempre, pero justo hoy no quiere seguir por ésta” o el más popular y desubicado “para hacer piquetes nos podemos desviar por cualquier calle, pero para evitar un quilombo de tránsito tenemos que comernos 5 semáforos”.
Mientras se hacía causa común de la situación en el colectivo, yo decidí moverme hacia la parte delantera con la intención de bajarme, caminar un par de cuadras y abordar otra línea, pero el panorama no era el mejor. Había mucho tráfico por donde se mirara.
Finalmente me senté en el primer asiento y desde allí, con la ayuda de otra chica a quien le daba vergüenza como a mí lo imbécil que puede ser la gente a veces, comenzamos a responderle a la mujer que continuaba despotricando, al grito de “bajate y tomate un taxi si estas tan apurada”.
El chofer colmó su capacidad de hacer oídos sordos y decidió informarle a la mujer que no podía desviar su camino por X razón y le recomendó que ante cualquier reclamo, se comunicara con el 0800 que figuraba a un lado de la unidad. Luego agregó que él debía estar en menos de una hora del otro lado de la ciudad y que a él también lo perjudicaba la tardanza, pero que lamentablemente el tráfico estaba complicado y que no avanzaba como consecuencia de ello y no por puro capricho.
Casi lo aplaudo, porque supo mantener la cordura y fue respetuoso. Yo me hubiera levantado para ir a “invitar” a la mujer a que se bajara inmediatamente del colectivo y nos dejara de joder a todos. De hecho, volví a considerar bajarme, pero seguía sin tener apuro y la cosa se estaba poniendo interesante.
Todos esperamos que llegara la respuesta de la “apurada” y ella no nos dejó con las ganas. Antes de que pudiera terminar de hablar el chofer, la mujer le refutó con un violento “a mí no me hables”. Entonces el chofer le aclaró que estaba respondiendo a sus dudas respecto del desvío del camino y la mujer selló el reclamo –ridículo- con un “yo no te hablo a vos, así que no te hagas cargo y deja de mirarme por el espejo retrovisor. Si te haces cargo es porque me das la razón, pero yo a vos no te hablaba, así que ahora voy a hablar con el inspector”.
Aplausos señores, esta mujer ha perdido la cordura en tan solo 5 minutos!!! Y yo que creí que venía batiendo records, resulta que me entero en un viaje más hacia mi casa que estoy completamente bien del marote! La gente está muy mal de la cabeza y temo que sea contagioso!
Así es que para festejar mi –todavía- óptimo estado de salud, he decidido reincidir en esa línea de colectivos y hasta en esa parada porque estoy súper ansiosa por volver a vivir una experiencia que me muestre lo bien que me encuentro!!! La cita es hoy a las 18 hs en Plaza San Martín. Los espero!
(Y ojalá que algún día todos estos nabos se compren un auto)

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