En esta oficina todos están capacitados para hablar de todo. Cualquier tema puede tocarse con la profundidad a la que los interlocutores aspiren llegar. Cualquiera sabe todo lo que pasa con un caso público, con el gobierno, con la educación, la alimentación, los talleres de costureras esclavas, la droga, etc, etc, etc.
Debería sentirme orgullosa de trabajar con esta gente, porque me permiten ser mejor persona a la fuerza, ya que quiero diferenciarme sí o sí de ellos.
Una mañana cualquiera el buitre A llega y comenta contento que ha adquirido una ‘tortilla’ para compartir con todos en el desayuno. El buitre A le llama tortilla a una especie de pre pizza finita horneada en un puesto en la calle, por lo general a la salida de una estación de subte y puede ser simple o con chicharrón. Tiene un olor exquisito y es muy rica.
El buitre B le devuelve una mirada vacía y baja la vista hacia el paquete con una mueca hacia el costado que demuestra cierto desprecio.
Convengamos, comprar alimentos en la calle no es de “gente bien” y no todos los buitres están acostumbrados a hacerlo. Yo miro la escena desde afuera, como no puedo comer esa ‘tortilla’, ni se me pregunta ni opino.
En eso llega el buitre C, que mira el paquete con ganas, porque le pica el codo y se lleva a su casa hasta el agua del dispenser con tal de no pagar. Pregunta qué hay y el buitre A le responde que hay ‘tortilla’. Como A es un buitre sumamente prejuicioso pero no es “gente bien”, aclara que la ‘tortilla’ fue adquirida en la calle, pero a una señora que puso el puesto hoy (como si eso cambiara en algo la situación).
Inmediatamente aparece en escena el buitre D y con voz muy alta y movimiento corporal despectivo espeta un: ‘¿qué es eso?’. En ese instante me gustaría gritar ¿y a vos quién te llamó buitre gordo y metido? Rajá de acá que no sos de esta manada de buitres. Pero sigo jugando a la espectadora y el buitre A vuelve a decir que es una ‘tortilla’ y yo me pregunto por qué no esperará a que termine de llegar todo el mundo para presentarles la tortilla o por qué no armará un cartel que diga “aquí tortilla” y nos dejamos de joder.
El buitre D, que no tiene ningún reparo por nada, pone peor cara que aquella con la que entró y lanza un “¿se lo compraste a las mugrienta de la esquina?”. Bien, esto se pone interesante, evidentemente este buitre ha trabajado en alguna empresa especialista en aseo personal o se ha acercado lo suficiente a la vendedora, a juzgar por su afirmación.
El buitre A intenta defenderse, al mejor estilo “garca-lava-manos” y responde “yo la miré un poco y…” no llega a terminar su oración –para suerte de mis oídos- cuando interviene el buitre C y le dice “¿le preguntaste si se tocó la cola?” y a mí me dan ganas de poner una molotov e irme a la mierda, pero aguanto y veo cómo termina la conversación entre intelectuales.
El buitre A termina su oración con un “…es una vendedora nueva” en un intento por revalorizar la tortilla y nadie acota nada más, para beneficio de mi salud mental.
A lo largo de la mañana se los ve desfilar a todos los buitres en busca de un pedazo de ‘tortilla’, desde el A que la trajo, hasta el D que le pasó luminol.
Por supuesto, a ningún buitre se le ocurre agradecer el gesto del buitre A. Para qué, ¿no? Parece que entre ellos se entienden y más que críticas no hay.
Al finalizar la mañana, al buitre A le queda un pedacito para comer y se ve que no quiere compartirlo. Con lo cual, para cerrar los comentarios felices de la jornada, resume la sesión de prejuicio, crítica y desparpajo con un “las gorditas son felices, así es que yo voy a comer….por suerte Dios me dio esta contextura física” –delgada y terriblemente discriminadora-.
Amén. Todo lo demás lo dijeron ellos.
1 comentario:
ME ENCANTA ESA TORTILLA! se ve q no soy gente bien...se pueden adquirir en los alrededores de las estaciones de tren tambien si queres darle mayor marco al tema.
la verdad...me hace acordar a esa gente que no desayuna si no toma un jugo baggio, porque otro seria un horror...en fin: ESTAMOS RODEADOS!!!!!!!!! salvese quien pueda...y ojala NUNCA PERO NUNCA NOS CONTAGIE ESA PESTE DE GENTE
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