Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

martes, 17 de mayo de 2011

Reclamo de una "cuasi" -mal llamada- ama de casa

Anoche hice un piquete en la puerta de la cocina. Solo afectó a mi gata, quien no pudo entrar a tomar agua ni a su baño por más de una hora. Pero no le importó demasiado, porque estaba durmiendo. Fue un piquete acompañado de cánticos alusivos.
Mientras detenía el tráfico inexistente hacia las ollas y las verduras, cantaba lo más alto posible una canción de amor. Había puesto la canción en la computadora con la repetición automática, así es que al cabo de la tercera repetición podría haber salido tranquilamente al patio y los vecinos, sin dudar, hubieran abierto sus ventanas para tararear el estribillo (o para mandarme a la mierda).
Hice un piquete en demanda de amor y atención, pero me salió como a aquellos que cortan una calle poco transitada, porque eso es lo que es mi cocina, una calle poco transitada por los demás integrantes de la familia.
Al cabo de hora y media levanté el piquete y me puse a cocinar, pero no firmé una conciliación obligatoria con el otro comensal de la casa, si no que desistí de la medida pacíficamente por la hora. Ya eran las 9 de la noche y me estaba empezando a dar hambre. Además, el lavarropas estaba por terminar su jornada y me iba a quedar sola con David Bisbal cantando desde la habitación. Y me dio cosita, así que me puse a cocinar, sin dejar mi canción de protesta “y beberé mi sangre, y beberás mi amor…”
Tendría que ver si consigo un bombo de esos grandes, pero no creo que me lo pueda colgar del cuello. Quizás haciendo ruido consigo alguna respuesta. También podría apelar a prender fuego gomas, pero después tendría que limpiar la cocina y pensar en pintar el techo, porque se va a llenar todo de hollín. Un pasacalles no estaría nada mal, pero a las 9 y media de la noche, ¿quién se pone a leer un pasacalles? No sé, no se me ocurre nada efectivo, salvo la palabra. Pero es que ya dije las cosas tantas veces que la única que queda es actuar. Podría secuestrar la leche o los cereales y pedir que el rescate me lo paguen con atención. O podría comprar un kilo de helado y llevarlo a dar unas vueltas por la casa, amenazando a mi objetivo con hacerlo derretir. Mmmmm, helado de chocolate suizo o de dulce de leche tentación. ¿No sería una pena que lloremos su desaparición por la pileta de la cocina?
Así es que a vos te lo digo: ¡pensá bien lo que vas a hacer si no queres ver al helado derretido!
No obstante mi rotundo fracaso de anoche, hoy voy por más. Mi protesta es legítima y mi pedido es claro. Si no recibo una respuesta pronto, me tiraré pancha y campante en el sillón del living y veré cómo la tierra se acumula en los muebles, la gata muere de hambre y sed y la ropa se acumula en el cesto de ropa sucia.
Después de todo, ¿quién decidió que la persona que se encarga de cocinar, lavar, limpiar, planchar –a veces- y demás menesteres sea el “ama” de casa? Si es ama, que entonces a ella también la amen. Y si es ama y dueña, que haga piquete si le quieren menoscabar sus condiciones de trabajo, porque el ama de casa es quien manda al fin y al cabo! Y el que manda, demanda y yo demando amor!
Así es que esta noche me planto nuevamente en la puerta de la cocina y me pongo a cantar a viva voz y aviso que la proxima, el piquete va a ser de ojo. Vecinos, allá voy!
 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJJAJAJAJAJA
AGUANTE EL PIQUETEEEEEEEEEEEEEE

Unknown dijo...

Me hacés llorar. Me acuerdo de viejos tiempos y me hacés llorar.Snif!!

Correctores en la Red dijo...

Las mujeres trabajamos "adentro" y "afuera", no hay paro o piquete posible, no? en fin, muy lindo el blog y atinadas las imágenes.
Cariños a todos y a todas.