Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

jueves, 7 de abril de 2011

Como diría Thalía...

A quién le importa, ¿no? Digo, ¿a quién le importa que estoy 'comiendo como una vaca'? Lo expreso pero a la vez lo analizo. No analizo que estoy comiendo como una vaca, si no que analizo que en realidad no sabemos si las vacas comen mucho o poco. Pero, en todo caso, si podemos inferir que las vacas comen pasto, entonces no estoy comiendo como una vaca. Si en realidad, como escuché el otro día, comen alimento balanceado, entonces podría decir que estoy comiendo como una vaca. El tema es que seguramente una vaca coma la cantidad de alimento balanceado proporcional a su peso y tamaño y yo creo que nunca podría llegar a comer la proporción de la vaca.
Entonces no estoy comiendo como una vaca. Y ni me pongo a analizar el modo en el que come una vaca, porque seguramente ni debe limpiarse la boca antes de tomar agua.
Igual, a quién le importa, ¿no? Supongamos entonces que como ‘como lima nueva’. Bien, anoche hice la prueba. Tomé una lima sin usar, me corté las uñas de las manos y me limé con una lima nueva. Para ser franca, supongo que la cantidad limada debe ser proporcional a la marca o calidad de la lima. A mí, mucho no me limó. Así es que mi conclusión es que como más que lima nueva. Eso ya suena medio a película de terror, a la escena de la gula en Pecados Capitales.
Siendo tan extrema esa comparación y teniendo en cuenta que no me deja bien parada, veamos cómo funciona el comer 'como un barril sin fondo'. Sinceramente estuve pensando en estos últimos días en esa frase. Y hoy busqué en google un barril sin fondo. Mi sospecha era correcta, el barril, aunque no tenga fondo siempre está apoyado sobre una superficie. Con lo cual, de una u otra manera tiene fondo. Entonces la comparación con el barril sin fondo no me cabe, porque el barril no tiene fondo propio pero siempre va a tener fondo. Acostar el barril es igual a prescindir del mismo, porque el barril acostado no sirve para nada.
Investigando un poco más, también se puede decir que uno ‘come como Dios manda’ y ahí ya nos estamos metiendo en un terreno jodido, porque a mí Dios nunca me llamó personalmente para decirme cómo debo comer. Si hay alguien que te diga que come ‘como Dios manda’ fíjate, capaz le está fallando algún jugador o los tiene a todos en el banco de suplentes y ese comentario es el primer indicio…
Por último, la frase más trillada sería ‘comer como chancho’, pero eso aplicaría a la forma asquerosa en la que el chancho devora, con ruidos y de manera muy sucia.
Yo siento que estoy comiendo mucho, pero mucho es mucho. Mucho para una mujer, mucho para lo que estoy acostumbrada y no consigo saciar mi hambre con nada. Ayer en la tercera empanada seguía con hambre y hubiera comido una docena sin problemas.
¿Será ansiedad? ¿Ansiedad de qué? ¿De comer? Como porque estoy ansiosa porque quiero comer, ja! Termino de comer y ya pienso en cuándo voy a volver a comer o en lo que me gustaría comer después. Y no veo grandes cambios en mi volúmen corporal porque hace un par de días que estoy reparando en lo que estoy comiendo. Pero me imagino que un día me voy a levantar y voy a estar tan ancha como la cama y mi media mandarina de estación va a estar aplastada debajo mío y mi gatita, pobre, mejor no la imagino. En fin, me voy a buscar algo para comer porque me cansé de escribir y necesito reponer energías. Igual, como diría Thalía, a quién le importa ¿no?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no servís para escribir

Anónimo dijo...

che, pasanos tu blog asi leemos q seguro vos sí servis...