Sinceramente, no sé de qué manera expresar mi indignación al leer el titular del diario. No sé si la gente es pelotuda o si es re pelotuda. No lo entiendo. No me entra en la cabeza.
Porque vos podes hacer lo que quieras con tu vida, con tu laburo, con tu guita. Pero yo creo que existen límites invisibles a partir de los cuales se podría decir que uno se ‘zarpa’. Y están los otros, los límites visibles. Esos que, si los cruzamos, nos dejan del lado de la pelotudez total y nos diferencian claramente del resto. Con una claridad que encandila. Como en el caso del titular del diario. A partir de ahí te convertís en un visionario o en un auténtico pelotudo.
Basándome en la experiencia (corta pero vasta) en esta sociedad que me tocó en suerte, puedo decir que claramente nos enfrentamos a una manga de pelotudos natos. Esta gente evidentemente tiene problemas, mucho tiempo al pedo y no sabe en qué carajo gastar su dinero.
Por suerte siempre hay “un roto para un descocido” y a la manga de aprovechadores de pelotudos, siempre le corresponde el conjunto de gente que no sabe qué sorete hacer con su dinero y su vida y entonces deciden hacer negocios juntos.
Pues bien, desde mi humilde lugar de ciudadana crítica y ampliamente antisocial, esto se fue de las manos de cualquier análisis y se ha convertido en una pelotudez absoluta y total, imposible de entender desde el sentido común y la racionalidad.
Compruébelo Ud. mismo señora o señor, he aquí el titular que resume lo que no puedo decir:
“Ya son 1.741 argentinos que compraron su terreno en la Luna o en Marte”
¡¡¡¡¡Felicidades a los adquirentes de media hectárea!!!!!! Que me digan ahora cuándo carajo sale el cohete hacia un lugar en el mundo que ni siquiera se comprobó que haya pisado el ser humano. A la fecha es más la gente que sostiene que nos vendieron un buzón, que la que cree que el hombre llegó a la luna en 1969. Ni que hablar de marte, del cual únicamente tenemos referencias hollywoodenses de gente verde que habla en un idioma inventado por algún cineasta. De ahí en más los detalles son menores. No sabemos si hay ozono respirable, cómo funciona la gravedad, si el agua es consumible. Eso, como mínimo, para empezar a pensar en irse para allá.
Pero si en serio me pongo a perder el tiempo y pienso en todos estos pelotudos, llego a una primera mínima conclusión: ojalá se invente pronto el medio de transporte seguro que acerque a toda esta gente a la luna y a marte. Ya hay demasiados pelotudos en la tierra, así es que vayamos haciéndoles lugar en otro lado lo antes posible, así aquí se respira mejor aire y, por lo menos, hay menos tráfico matutino y menos amontonamiento en el subte.
Y después me vienen con que la prensa actual es sensacionalista y pesimista. Vale la pena releer el titular, por fin una buena!