Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

jueves, 27 de enero de 2011

La carta triste

No quiero hacer publicidad de una empresa privada, pero vivir la experiencia vale la pena. Hace unos 3 o 4 días mandé una carta de esas "plus", que te permiten seguir el recorrido hasta llegar a destino.
Ojo, no es que te calzas las zapatillas y vas atrás del camión que reparte correspondencia pueblo por pueblo, ni tampoco te subis a un colectivo, tren o avión para ver dónde está el bolso que contiene tu carta. La cosa es mucho más simple, te metes en una página de internet, digitas los números de la calco que te dieron con el ticket y magia!.. te dicen el estado en el que se encuentra tu carta.
La mía debe estar triste, porque en el cuadro de seguimiento figura "no registrada o archivada", lo que traduzco en "no nos importa si tu carta era urgente o importante, para nosotros es una carta más". Eso no sería grave, si no fuera porque pagué un servicio diferencial para poder hacer el seguimiento de mi carta triste.
Lo interesante de este sistema, es que al lado de la frase "no registrada o archivada" aparece otra leyenda que te pide que para MAYOR INFORMACIÓN te comuniques al teléfono xxxx.
Obviamente quiero saber dónde está mi carta triste, si ya llegó a destino o si anda escondida en algún depósito frío y oscuro, extrañándome. Entonces llamo y escucho que una grabación me pide que presione la opción deseada: "estado de su correspondencia, presione 1". Ahí voy yo y me dice que tengo una demora de 1 minuto en línea, algo que es totalmente falso. Pero como necesito obtener la información, espero tranquila. De repente la música de espera desaparece y aparece una chica que me dice su nombre y a quien le explico que quiero saber el paradero de mi carta triste. Me pide el número que figura en la carta y con la ansiedad al tope espero su información... "Señora, la carta está no registrada o archivada".
Buenísimo, ¿alguna otra novedad? ¿Vos me estás diciendo que me quedé esperando en línea para que me informes lo que ya sé? ¿Cuál es la gracia de ofrecer el valor agregado del llamado telefónico? Lo primero que dije cuando me atendieron fue "acabo de chequear en la página de internet......" y ¿vos me lees la página? ¿Te crees que no sé leer?
Y ahí es cuando aparece un pensamiento profundo y tomo nota del mismo para no olvidarlo; "Al pedo tienen 200 personas mirando lo mismo que yo, pero a ellas les pagan ¿Por qué no me pagan a mí que contrato un servicio de mierda, gasto plata, pierdo tiempo llamando y me dicen lo mismo que lo que yo veo sin cobrar sueldo????"

En fin, aunque no corresponda, agradezco la información que ya tengo y me voy con otra carta, a la oficina central de correos. Porque mi carta triste se despachó en un locutorio y no quiero otra carta perdida por el mundo y confío en que la oficina central sabe lo que tiene que hacer con mi carta. Así es que llego, espero que 5 personas sean atendidas (muchas de ellas pagan cuentas y no hay prioridad para el que quiere mandar una carta, total es un correo...) y me acerco con una sonrisa gigante al mostrador.
Es bastante obvio lo que voy a hacer, pero uno nunca sabe con quién se topa, así que aclaro "Hola, jiji, vengo a mandar esta carta". El chico que está del otro lado del mostrador toma mi sobre, se lo muestra a una chica que parece estar aprendiendo la profesión de "chico de caja del correo multifuncional" y luego me mira y me dice: "así no se puede mandar señora, tiene que respetar el tamaño del sobre". WHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAT? Entonces hago desaparecer la sonrisa de mi cara y le respondo "¿Me estás cargando?" Me dice con cara de pocos amigos "no, este sobre es más grande y Ud. lo dobló, así es que no puedo mandarlo así. Tiene que conseguir un sobre del tamaño del contenido".
Nada bueno puede salir de mi boca a esta altura y han pasado 27 minutos desde que salí a cumplir mi misión de enviar una simple pero no menos importante carta. Le digo que son unos ridículos, que me venda un sobre, me dice que no tiene y otra vez, sin que lo merezca, me voy agradeciendo y puteando para que todo el público de la oficina me escuche.
Muy enojada voy caminando por la calle pensando en lo que me ha pasado y en la búsqueda de un sobre "del tamaño del contenido". Ok, entro a una librería y pido un sobre de "este" tamaño y con menos onda que flequillo de ponja, el chico que me atiende me dice "vendemos por paquete". Respuesta ideal para el humor que tengo en este momento. Entonces metete el paquete en el culo!
Finalmente doy con el tamaño del contenido y sé que no me va a quedar más remedio que poner mi nueva carta en manos de los que tienen secuestrada a la otra. Me duele, pero no tengo más tiempo y no pienso volver a ver al imbécil que no me quiso despachar la carta.
Más tranquila, entro al locutorio, entrego mi carta y pido servicio "plus" así al menos se encuentran entre ellas y no sufren tanto porque ambas van al sur. Pido ticket y pago.
Antes de irme, consulto "¿Cuánto tarda en llegar?" "Y... tarda un poco"... Ok, traducime tu "un poco", ¿Son 2 horas, 3 días, 1 semana o 4 meses? ¿Tengo cara de que entiendo tus códigos de "un poco"? ¿Porqué no la haces más simple y me lo decis en tiempo?
Evidentemente a todos les toma la entrevista de admisión la misma persona, porque son todos unos imbéciles.
Y yo acá, luego de pasar por todo esto, sé que mis cartas siguen tristes en algún depósito frío y oscuro. Las extraño chicas, las quiero!!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajajajajaja tenés problemas nena, muuuuchooossss pero sos muyy graciosa!!!
te banco y ojala se encuentren las cartas!