Y yo no voy a ser menos que el resto de las mujeres. Así es que, por sugerencia de una queridísima amiga, encargué una crema anti celulitis en una farmacia y luego de probarla, le agradecí a mi amiga el gesto de haberla recomendado. Aquí el agradecimiento:
Esta mañana, muy dormida pero esperanzada y luego de ducharme como hago a diario, decidí ponerme el preparado que retiré ayer. Leí la etiqueta, que versaba mentol, centella asiática y la mar en coche. Tome porciones pequeñas con mis deditos frágiles y procedí a colocármela; primero en la pantorrilla y luego en los gluteos/nalgas.
Luego de terminar con el proceso comencé a sentir el frio que se siente en estas ocasiones, pero la sensación fue acrecentándose con el correr de los SEGUNDOS. Al principio no sabía cómo reaccionar, si morir de alegría en el piso del baño (mientras mi novio desconocía totalmente la situación y dormía plácidamente en el cuarto de al lado) pensando en lo bueno que es el producto o si llamar al trabajo para avisar que no iba a poder acercarme debido al frío intenso por el que estaba pasando.
Se zarparon en mentol, soy una halls fuerte intentando dar un paso a la vez! Ello me recordó que, cuando tenía escasos 17 años y un trastorno muy importante con mi cuerpo, con la autorización de mis padres (qué locos estábamos) fue a ver a una esteticista ¿? que realizaba un tratamiento con gel y vendas frías. Lo hacía una vez por semana y no sabes cómo me cagaba de frío durante los 40 minutos que estaba tirada en la camilla.
Pues bien, son las 9.20 y hace más de una hora que sufro el frío en mis piernas. Incluso, al aplicarme el preparado, mis muñecas rozaron la crema y cuando me puse perfume temí por mi vida, porque las muñecas estaban tan congeladas como mis piernas.
Si el frío que siento es directamente proporcional a las bondades del preparado, me cagaré de frío durante todo el verano para tener las piernas de Dolores Barreiro. Pero, te confieso que siento como si mis piernas fueran caños (no por lo flacas, claro está) y el preparado fuera un corrosivo que las está pelando de a poco, hasta llegar al hueso. Hay que ser bien guapo para sentarse en el inodoro! Prefiero aguantarme las ganas de hacer pis, a sentir el fuego en mis piernecitas.
Supongo que para la semana que viene ya me daré cuenta si vale la pena y tendré que pedir una tonelada de potes o desistiré y me quedaré en mi metro y pico retacón.
De todas maneras, no podía dejar de compartir esta experiencia "ushuaística" contigo y estoy abierta a leer tu experiencia en este magnífico nuevo mundo de la belleza femenina.
PD: El olor a mentol es más fuerte que mi perfume, me sube desde las piernas hasta la naríz. Pero, si alguien pregunta "¿qué es ese olor?" diré que no siento nada... No vaya a ser cosa que esto funcione y yo esté revelando el secreto de las piernas perfectas.
5 comentarios:
jajajajajajaj GENIAL!!!!!!!!!
jajajaja muy bueno...me senti 100% identificada..!!! es un frio como si te clavaran miles de agüjitas todas al mismo tiempo... :P
Con constancia...funciona...con muuucha constancia...:)
Llamemos a constancia entonces y tiremos la bendita crema!
que bien que te debe venir el fresquito con los 43 de termica!
si da resultado recomendala ja ja!!!!!!
Publicar un comentario