Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

martes, 6 de marzo de 2012

La comunicación y la puta que lo parió

Está bueno haber cambiado mi número de teléfono celular luego de haberlo tenido durante 14 años. Sobre todo, cuando hace 15 días no paran de romper las pelotas con la “portabilidad numérica” o la posibilidad de quedarte de por vida con tu número de celular, independientemente de la empresa con la que contrates el servicio.
La razón por la que cambié el número fue porque estaba podrida de que me “robaran” todos los meses con cargos fijos inventados, acceso a internet imposibles (teniendo en cuenta que mi equipo apenas marcaba y andaba a ruedas) y cargos tan variables como el clima.
Listo, me comuniqué, pegué mil gritos y cambié mi número. Pero mantuve la empresa. Porque sí, porque soy una infeliz. Ahora tengo un número que muy poca gente sabe que tengo, no avisé a muchos molestos que ya no tengo el número anterior (así les queda el dedo mocho de marcarlo) y tengo un plan nuevo que no termina de colmar mis expectativas, pero que abarata costos.
Y todos contentos cambiándose de empresa de telefonía celular y yo, cual niño aburrido mirando desde su habitación cómo todos juegan mientras él está en penitencia.
Convengamos en lo siguiente: las empresas de telefonía celular son una mierda grande como una casa. Los celulares ya no funcionan para hablar. Eso sí, podes jugar a los jueguitos, mantener la agenda actualizada, calcular el equivalente en libras de una cantidad X de kilos, hacer cuentas, chatear, buscar algo en google, usarlo de GSP. Pero hablar no podes, porque no tenes señal o porque te comieron el crédito mandándote mensajes del orto con textos como “te ganaste 10000 pesos, marcá *la concha de tu hermana y averiguá dónde retirarlos”. Dale, ya marco y de paso reclamo todos los autos y las play station que me avisaron que me gané en otros mensajes. Ah y la factura te la pago con los 10000 que me gané, porque crédito no tengo porque me lo comieron tus mensajes de mierda.
Quiza, luego de mucho intentar, la llamada se va al contestador que ni el dueño del celular sabe que tiene y dejo un mensaje urgente al recontra pedo, porque cuando finalmente logre dar con la persona, me va a decir que no sabía que tenía contestador.
Ahora, ¿por qué la manía de andar con el teléfono para todos lados? ¿Por qué la impresión constante de que vibra en el bolsillo o en la cartera, cuando el equipo está apagado? ¿Por qué la necesidad de mirar el display cada 2 segundos para ver si recibo algún mensaje?
Si hace 10 años no lo necesitábamos. Si cuando me voy de vacaciones ni me lo llevo y sobrevivo igual. Si el hecho de saber que algo no va a vibrar entre mis cosas me genera más libertad que angustia.
¿No estaría mejor volver a hablar con teléfonos públicos desde las calles? Ahora lo único que se ve y que me da pena mezclada con bronca, es un montón de manos moviendo los dedos como locos sobre un aparatito en cualquier lugar, chateando con ese sistema interno de los teléfonos jodidos y mucha gente que ni sabe de qué color es el cabello de la persona que tiene al lado.
También me da bastante pena que niños y niñas desde los 12 años anden compitiendo entre sí por el equipo que tienen y por el abono que sus padres les pagan. ¿Para qué sorete necesita un blackberry un pendejo? Que tenga un teléfono para poder comunicarse con los padres, podría entenderlo si me lo propongo. Pero de ahí al blackberry, cómo se les va la mano a muchos…
Igual, el propósito de la larga introducción comunicacional fue simplemente para pedirle a las empresas que, junto con la portabilidad, implementen el servicio “Me llamas si yo quiero”. Porque esta nueva moda de tener números “amigos” me está cagando la vida. Hay mucha gente que se cree “amiga” y que te agrega como un número al cual llamar sin cargo y termina rompiéndote soberanamente las bolas. A mí, ¿me consultaron si quería recibir llamados de un fulano cada 5 minutos? Porque el abuso abunda en esta sociedad y como las llamadas son gratuitas, varios hinchapelotas se creen con derecho a llamarte cada 5 minutos y hablarte pelotudeces para justificar el abono que pagan.
Bueno señores dueños de empresas de telefonía celular, además de robarme durante 14 años y de forzarme a cambiar mi número para abaratar costos, ustedes son los culpables de que cierta gente me rompa los huevos todos los días. Así que quiero dar la baja de mi línea, por culpa y responsabilidad del servicio de mierda de número amigo que le dan a cualquiera, sin chequear siquiera si es o no es mi amigo. Armen un registro de amigos de clientes antes de ofrecer el servicio y pongan en mi legajo de datos: no tiene amigos ni quiere tenerlos!

1 comentario:

Nat dijo...

Pero es un desastre en cualquier parte del mundo - yo estoy convencida de que, o me están persiguiendo a mi solita, o es una conspiración del universo para que todos los humanos nos volvamos esclavos a la amargura que es tener teléfono móvil. Ahora mismo estoy con una pelea con abogado en Alemania, en Colombia las malditas empresas me sacaron cálculos biliares, y en Estados Unidos perdí mis "ahorros" por no conocer el maldito sistema. Sólo en Tailandia fui inteligente, donde tenía pre-pago, entonces el sufrimiento era limitado al crédito disponible. Pero uf, ahora sí entiendo lo que los argentinos quieren decir cuando hablan de "romper pelotas", ja ja!!