Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

viernes, 28 de enero de 2011

No quiero que vuelva Perfectina

Perfectina salió de vacaciones hace casi 15 días. En la oficina festejamos en silencio, porque se venían dos semanas de relajación. Perfectina es mala, manipuladora, celosa y egoista. No quiere que nadie se quiera ni que nadie la pase bien.
Perfectina llega todas las mañanas bien temprano para que nadie llegue antes que ella. Cuando los demás llegamos, perfectina saluda sin mirar y en tono bajo, casi demostrando molestia por la llegada de sus compañeros de trabajo.
Enseguida toma su perfume para ropa y lo esparce alrededor de todos los escritorios, menos el suyo, obvio, porque ella es perfectina.
Luego toma mate y hace ruido al final y se agacha muuucho para llegar a morder la factura que tiene en la mano.
Perfectina termina de desayunar y sale corriendo al baño con su cepillo de dientes y su perfume. Siempre está maquillada y su ropa luce impecable. Se corta el pelo cada dos meses, para que le quede perfecto. Pero el pelo corto le queda feo y nadie se lo dice, porque ella es perfectina.
A media mañana siempre pregunta: "¿qué estás haciendo?" Y aunque perfectina no sea jefa de nadie, todos tenemos que decirle qué hacemos. También chequea todo lo que escribimos y siempre lo corrige, porque nosotros cometemos errores, pero ella no porque es perfectina.
Al mediodía, perfectina sale con su pareja. Ella no tiene novio, porque queda mejor decir pareja. Ella dice que su pareja es esbelta y bella, porque es perfectina. Y vuelve de almorzar, siempre algo sano y de calidad y corre al baño con su cepillo de dientes y su perfume.
Cuando todos nos estamos yendo, perfectina es la última en salir de la oficina. Nunca emplea malas palabras y siempre sabe todo de todo.
Perfectina cuestiona lo que los demás usan, cómo se visten, cómo tienen el pelo, qué perfume usan, qué hacen en el trabajo y fuera de la oficina, cómo educan a sus hijos y cómo tratan a sus parejas y siempre tiene algún consejo para dar, aunque nadie se lo pida.
Perfectina se rie mucho de los demás, pero no se rie porque le cause gracia lo que hacen, si no porque le gusta burlarse de la gente. De ella nadie puede burlarse, porque es perfectina.
Perfectina no tiene problemas de pareja ni de familia ni de trabajo, porque es perfectina. Lo triste de su vida es que perfectina no es feliz y no quiere que nadie lo sea.
Por eso no quiero que vuelva perfectina.

1 comentario:

Daniela dijo...

uy, lo que debe ser aguantarse a semejante personaje...disfruta de tus vacaciones de perfectina!