Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

miércoles, 23 de marzo de 2011

De necesidades y urgencias.

Cada tanto me agarra la necesidad imperiosa de tener algo, por alguna razón con un fundamento sólido para mí y endeble a los ojos de los demás. El deseo irrefrenable de obtener eso que estoy necesitando genera, por sí solo, el discurso frente a los que no entienden mi urgencia y el sentimiento de carencia que me desvela y me inquieta.
A medida que pasan los días, se va acrecentando la pena y siento ese cosquilleo adentro y esa ansiedad desaforada por salir a encontrar aquello que estoy buscando. Y no lo encuentro y me desanimo o intento hacer de cuenta que me olvido, pero no puedo.
Recuerdo claramente el vacío contenido la semana pasada: necesitaba un bolso para poner mis artículos de perfumería (porque retomé pileta, con antiparras asesinas a la carga y sin cremas mágicas) y no tenía tiempo para ir a buscarlo. Recordaba exactamente dónde lo vendían y se me hacía agua la boca por ir a buscarlo. Tardé cuatro días enteros en llegar a él y hoy estoy feliz con mi bolso lleno de cositas que llevo a pileta.
Luego surgió la posibilidad de anotarme en un concurso de pintura y se me ocurrió que yo podía estar ahí, ganando el primer o segundo premio por mi labor. Pero para ello necesito el soporte en el cual explayar mi arte y hasta ahora no he podido dar con la librería que lo venda. Eso me quita el sueño algunas noches y me tira la estima al suelo otras, ante la posibilidad inminente de quedar fuera del concurso por vencimiento del plazo de entrega.
Y ahora, en la difícil tarea de deshacerme de todo aquello que está de más en mi placard, me encuentro con cantidad de pantalones sin el ruedo hecho. Desde que uso pantalones, he necesitado hacerles el ruedo. Siempre con la aguja y el hilo, tratando de hacer las cosas de manera prolija e intentando lucir lo más pulcra posible. Más que nada, no quiero pisarme los pantalones y que se rompan, esa es la pura verdad.
Pero ayer decidí que quiero tener los dobladillos de los pantalones con la costura visible, como si los hubiera comprado a mi medida. Y me acordé que existen esas maquinitas de coser del tamaño de una abrochadora chica, que se maneja con una sola mano y seguro cose dos pantalones y se caga.
Pero la quiero, me recorrí las dos peatonales y nada. Miro desesperada en las esquinas y los vendedores no las tienen. Una vez vi a alguien que las vendía en el tren, hace como dos meses. Luego vi a alguien en el subte, hace más o menos el mismo tiempo. Hasta al comercio en el que están todas las cosas que ofrecen en la tele fui y nada! Ya le pedí a una amiga que viaja en tren más seguido que yo, que si la ve no dude en comprármela. Más que un pedido fue una orden.
Se torna desesperante. Si mi mamá me leyera, me diría “no seas monotemática”, porque parece que lo tengo desde chica. Se me mete algo en la cabeza y cagamos. Pero bueno má, venimos del mono, ¿cómo no ser monotemática? Imaginate si fuera chanchotemática o rinocerontemática o sapotemática. Sería horrible, tendrías que decir “tengo una hija ratatemática”. Prefiero ser monotemática y perder mi oxígeno mientras intento conseguir lo que necesito, para luego recuperarlo cuando finalmente he dado con ello.
Por lo pronto, mañana y pasado son días feriados y no tengo la posibilidad de comprar el soporte para pintar ni la máquina para hacerme los dobladillos. Qué infeliz va a ser mi fin de semana largo. Tantos días con necesidades que, con suerte, podré dejar de tener la semana que viene o quizá, cuando sea demasiado tarde.
Ok, tendré que crearme una necesidad que pueda saciar los feriados, ya me pongo a pensar en eso. Que descansen!


4 comentarios:

Anónimo dijo...

te doy una receta más rápida que usar esas máquinas que no sirven para nada? Mandá los pantalones a una modista. No seas rata (sin temática)

Anónimo dijo...

Necesitás un caballete?No podés apoyar la futura obra de arte sobre la mesa y mientras no pintás dejarla arriba de la heladera que seguro aún no tendrá nada?mmmmmmmmm

Irónica dijo...

No necesito un caballete, necesito un "lienzo" o algo así, es ese marco de madera recubierto de un lienzo blanco que sirve para pintar lo que más tarde será una obra de arte

Anónimo dijo...

te falta empezar un curso de ceramica y estas lista...digo, no?
Por otro lado, cuando consigas la maquinita me haces los dobladillos a mi tambien? jaja