Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

miércoles, 17 de agosto de 2011

El placer de empezar las vacaciones...

“Su atención por favor, pasajeros del vuelo TAM 8001 con destino a Río de Janeiro, favor de acercarse a la puerta de embarque número 5”.
“Señores pasajeros, comenzamos con el embarque del vuelo TAM 8001 con destino a Río de Janeiro. Les solicitamos a los pasajeros con necesidades especiales, con niños o mujeres embarazadas, se acerquen a la puerta de embarque. Asimismo, les solicitamos a los pasajeros con asientos del 28 al 20, acercarse a la puerta de embarque. Luego continuaremos llamando al resto de los pasajeros”.
Hasta ahí, solo hasta ahí duró mi paz. No hubo un minuto más en todo el viaje, en que yo no puteara con razón. Tengo un testigo que lo demuestra y es mi medio racimo de uvas achicharrado por el sol, pero no quiero exponerlo. De todas maneras, dejo en claro que tengo un testigo de la razón de mis puteadas y puede acreditar que estuvieron justificadas.
Vamos por parte, porque el viaje fue corto pero la estadía larga y hay mucha tela para cortar. Si la señorita que se encuentra en la puerta de embarque solicita a quienes tienen asientos del 28 al 20 que se acerquen, ¿por qué sorete el argentino pelotudo se acerca sin siquiera preocuparse en mirar el número de su asiento?
Así empiezo un viaje en el que voy a corroborar, una vez más, que el argentino me da vergüenza y que me gustaría tener nacionalidad letona con tal de no quedar ‘pegada’ como una más de esa rara e insoportable especie.
Ok, si el señor que tiene el asiento 12 y no tiene necesidades especiales y no está embarazado y no tiene niños, se para y se pone en la fila, tendré que recurrir a algún tipo de violencia para que entienda que está haciendo las cosas mal y me perjudica. Entonces tendré que atravesar la fila bien por el medio y disgustada esbozar varios ‘permiso’, a la vez que digo, ‘yo tengo el asiento 25, ¿no llamaron del 28 al 20?, parece que vamos todos amontonados en la parte de atrás del avión…’.
Así debo hacerme paso para poder ingresar a la aeronave. Siempre me digo lo mismo, la gente es idiota, ¿no se da cuenta que hasta que no suba el último pasajero no nos vamos? ¿En qué te cambia subir primero si después vas a tener que esperar que suba el resto? Además, por una cuestión de orden y lógica, es mejor que subamos de atrás para adelante.
Bueno, como eso no sucede, al subir al avión tenes que hacer una fila esperando que el pelotudo del 7, que subió antes de lo que le correspondía, ponga sus bolsos en los compartimentos y apoye su culo gordo para ver entrar bien calientes al resto de los pasajeros que sí siguen las reglas.
Seguramente también se verá interrumpida tu caminata hasta el asiento por los adorables niñitos que subieron primero, porque tienen prioridad y porque sus madres no les dan pelota y los pibes hacen lo que se les canta.
Ya lo pensé, la próxima vez le pido a mi hermana que me preste a mi sobrina, solo para gozar de los privilegios de este estilo. Después, que se duerma y que no joda.
Bien, una vez arriba del avión y en tu asiento, bancate los antebrazos de las dos personas que se sentaron a tu lado y que no piensan moverlos de los apoya brazos que a vos también te corresponden. Bancate las patadas de la persona que te tocó en el asiento de atrás, bancate que cada vez que abra o cierre la bandeja te rompa las pelotas como si te estuviera pegando en la espalda, bancate el aire que el pasajero de al lado no quiere cerrar, bancate el ortiva que cierra la ventana porque no quiere ver para afuera, bancate al fóbico que te tocó al lado y que pega patadas nerviosas al piso, mientras se pone la cabeza entre las piernas, bancate a los pendejos llorar, bancate que no podes reclinar el asiento más de dos centímetros, bancate que para ir al baño tengas que hacer un curso práctico, bancate que siempre hay una vieja pelotuda que evoca alguna película catástrofe como “Viven” o recuerda el último accidente de Air France o cuenta la anécdota de la amiga de una amiga que tiene un sobrino que va a una escuela en la que un compañero estudia aviación y le contó que ponen el piloto automático y nos dejan a la deriva, bancate el que dice que el pollo sabe a rata porque como la aerolínea no es nacional, eso en el país de destino es moneda corriente y….
Esto viene para largo, son muchas las experiencias que viví en mis días de descanso. Así que buen viaje, felices vacaciones y bienvenidos al mini verano de locos que compartiré con Uds en los próximos posts.
He vuelto para quedarme, una real cagada!


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