No termino de entender la
relación casi fraternal que los hombres entablan con el futbol. No entiendo
cómo surge, de dónde, cuándo se desarrolla y, lo que más me preocupa, cuándo
termina.
Este fin de semana que pasó sentí
que reventaba de tanto ver y escuchar futbol. El partido en sí, cualesquiera
fueran los colores de sus camisetas, no resultaba molesto. Lo que rompió
soberanamente las bolas fue cada comentario pelotudo que se hizo en torno de la
pelota y de sus protagonistas. No es por dármelas de culta, pero el mismo
viernes un suceso de orden mundial parecía definirse en términos de importancia
en la historia, a la par de lo que el sábado expresaban los hinchas de los
distintos equipos de futbol. O sea, que asuma un nuevo presidente en X país es
tan importante como que el equipo de X salga campeón o no se vaya a la B.
Qué triste que una letra tenga
que ser tan repudiada. Pero más triste es que el humor de todo el sexo
masculino y, por ende, los planes con el sexo femenino, se vean drásticamente
modificados y/o cancelados como consecuencia de los resultados de los partidos
de futbol.
De tanto ver y de tanto escuchar
futbol durante 3 días seguidos, decidí que las cosas no iban a quedar así y que
iba a necesitar descargar todos los pensamientos que se me fueron cruzando por la
cabeza.
En primer lugar tengo una duda
enorme: los jugadores de futbol ¿dejan la S el día que los convocan a jugar?
Quiero decir, ¿la S es lo suficientemente pesada como para quitarles el aire
mientras corren la pelota? ¿O esto ocurre luego de tanto correr? Porque me
cansé de escuchar los reportajes con preguntas muuuuuy pelotudas, a las que
todos los jugadores respondían con la misma falencia; “sí, jugamo bien y vamo a
ponerle todo el año que viene”. “Etamo muy contento y emocionado, pasamo a
primera y se lo quiero dedicar a todo lo hincha”. Mmmm, interesante. No sé si
el equipo merecía ganar y pasar a primera o quedarse en la vapuleada B, lo que
sí sé es que el NO uso de la S parece ser requisito para entrar al campo de
juego.
En segundo lugar quiero
reivindicar mi lugar no solo como mujer, si no como detestadora de todos los
putos programas en los que se habla de futbol. Reitero, una cosa es ver un
partido por amor al deporte, con el televisor en mute y sin radio de fondo (que
detesté toda la vida). Otra cosa muuuuy distinta es ser víctima de un hombre
que secuestra el control remoto y lo mueve entre los 9 o 10 canales deportivos,
en los que cada conductor es hincha de un equipo distinto y cada panelista se
toma cada comentario negativo de su equipo como si le hubieran pegado a la
madre.
Reivindico mi lugar como mujer,
porque si voy a ser sometida a desayuno, almuerzo, media tarde, merienda, hora
de la picada, cena y sobremesa con futbol de fondo, al menos debe permitírseme
expresar lo que siento sin el agregado de la frase “callate que no sabes una
mierda” o “no entendes nada!”. A ver, antes de que me ponga un poquito más
violenta, reviente el control remoto contra la pared, corte el cable del
televisor y luego haga huelga de cocina, permitime que diga que tal o cual
jugador es “lindo” o que me ría cuando vea a un director técnico llorando. Ojo,
porque tantas emociones los pueden llevar al colapso a estos muchachos. No lloran
de emoción cuando ven nacer a un hijo, pero se comen los mocos al ver el
tablero de resultados. Encima se abrazan entre ellos, todos transpirados y
gritan y cantan y se vuelven muy ridículos para el espectador escéptico. Un día
se aman y al día siguiente se putean, el equipo es el peor y tienen que
renunciar técnico, preparador físico y botellero. Pero a los 5 segundos la
pelota entra en el arco y todos abrazados y el DT es lo más. ¿Y Uds. se atreven
a reírse de las mujeres que nos entretenemos con peleas baratas y guionadas
entre vedettes o que lloramos con una de amor en el cine? Por favor…. Los filmaría
para que vean que Uds. son iguales!!!
También quiero reivindicar mi
lugar de mujer cosificada y repudiar la exclusión del tan copado “plan
futbolero” por considerárseme yeta. Yo no soy yeta, tu equipo es de madera
terciada y no ve la pelota ni hinchada con botox. Tu equipo no llega al arco
porque ni le explicaron dónde quedaba. Así que si vas a ver un partido de
futbol en la vivienda que cohabitamos, yo voy a hacer mi plan y voy a ir y
venir, con la libertad de expresar lo que se me cante mientras escucho
comentarios de futbol pelotudos. Si no te gusta, así como reitero cada vez que
mirás el plato de comida con desprecio, a la vuelta tenes 4 restaurantes, una
casa de comidas rápidas y dos cafeterías. Elegí el que más te guste y andá a
compartir esa emoción con gente de tu género, que seguramente no te traiga mala
suerte. Eso sí, asegurate de que produzcan milagros y llévate un par de velas,
porque es la única manera de que tu equipo gane.
Finalmente y más allá de que
queda mucho por decir del tema, quiero pedir un favor (al pedo, porque no será
concedido). Señores hombres del país (y si en el resto de los países es igual
la situación, lo extiendo al mundo): hasta tanto no entren a la cancha, portando
la camiseta, el short y los botines del equipo que los haya convocado, dejen de
hablar de futbol como si ustedes mismos practicaran el deporte. Cuando dicen “ganamos”,
deberían decir “tal equipo ganó”, porque ustedes no jugaron. “El domingo que
viene vamos a ganar” es igual de erróneo, “les vamo a meter 5 gole” también
aplica. Hablen de ellos, los jugadores y no de ustedes, los hinchas.
Y no nos quieran vender eso de
que “ahora vienen las vacaciones y por 3 meses no vas a ver futbol”, porque siempre
hay una excusa para ver futbol. Así que chicas, a secuestrar controles remotos
y a esconderlos entre las toallitas, ahí nunca van a buscar. Y a mirar
programas de chimento a lo pavote!
Algo que me quedó pendiente y que también necesito pedir como favor, pero a los que pautan las publicidades para el entretiempo: dejen de pasar propagandas de tónicos y cremas para la sequedad vaginal y para el mal olor femenino. Primero, porque es denigrante para la mujer y porque los hombres no necesitan saber tooooodo eso. De hecho, no vi propagandas de tónicos para la sequedad peneana en los cortes de los programas de cocina. Segundo, porque en esos 15 minutos vamos a estar haciendo zapping para ver qué nos perdimos mientras ellos se apoderaron del control y no vamos a poder tomar nota de los hijos de puta que hacen ese tipo de cosas de mal gusto. Cierto... los hombres no huelen mal, nosotras no entendemos nada.