La gente sensible me tiene las pelotas llenas. Parece que todo hay que sugerirlo con delicadeza. Pero nada se puede “decir”, porque hiere. Todo se tiene que esbozar con una sonrisa amable y casi como deslizando mariposas de colores de la boca al aire.
No importa que la gente sensible me conozca desde hace 700 años y sepa exactamente que el tono de mi voz y el contenido de mis frases no es una agresión hacia el otro. Importa que el otro se pone sensible y le cae mal lo que digo.
Entonces, doble laburo. Ahí me tengo que poner a explicar que mi tono es mi tono, que me rompe las pelotas que a la edad que tengo, todavía no se den cuenta de que hablo así porque sí y no porque intento herir susceptibilidades de mierda que parecen hechas de papel celofán.
Hasta pido disculpas por demás, intentando recordar que jamás volveré a levantar el tono ante tal o cual persona, más allá de la pasión que le quiera poner a la cosa, porque nunca más voy a tener ganas de dar explicaciones de porqué soy como soy.
A veces hasta me resulta ¿irónico? que me reclamen que no sea como soy. Otras me parece que he respondido a la situación de la mejor manera posible, que solo he dicho, sin agregar nada a la frase y si eso ya hiere, entonces debiera pedir el retiro como oradora y cerrar la boca para siempre.
No es tan grave lo que digo, “pero lo decis con unos modos!”. Ah, claro, porque el mundo se ha ganado el premio a los bien hablados y yo quedé afuera del concurso. De adoquín está hecha la jeta de los que intentan instalar la culpa en mi cabeza.
No importa, para algo estudié teatro durante 5 años. Así es que voy a poner esa cara de pajera que me piden y no voy a objetar ni la pausa que se haga entre una oración y la otra. Voy a sonreír y a mostrar una sonrisa complaciente, para que el otro pueda seguir hablando al pedo de muchas cosas que me importan 3 carajos y medio. No voy a expresar mi parecer, porque eso podría ofender y a los sensibles les hace mal escuchar lo que es y prefieren que les digan lo que parece.
Evidentemente la semana de la dulzura que se celebraba en julio, se pasó para febrero y yo no vi la publicidad. Por eso salieron todos los sensibles a dar vueltas cerca de donde me muevo y a reclamar que deje de ser tan hostil con mi pensamiento y mi palabra.
Porque claro, cuenta como hiriente solo lo que viene de mí, los demás con esas caras de verga y esas formas “dulces” y livianas de decir las cosas, a mí no me hieren.
Buscaré durante el día algún curso de trato diferencial para gente con sentimientos, así los trato como se merecen y me dejan de romper bien los huevos, de una buena vez por todas.
Menos mal que es jueves, si así hubiera empezado el lunes, esta sería la antesala del infierno. Pero está promediando la semana, así que seguramente ninguno tenga inconvenientes en irse bien a la mierda ni bien termine la última jornada laboral.
¿La ironía? La dejé en casa, a los sensibles les cuesta entenderla.
2 comentarios:
tann pero tannnnnnnnnnn identificda me siento...el problema no es lo q decis, es como lo decis, y como mierda queres q lo diga? lo digo como me sale porq soy asi...yo te tengo q aceptar sensible, vos aceptame con mis "modos de decir las cosas".
te banco totalmente...
sera q somos dos reventadas al hablar???jajaja
Estoy MUY de acuerdo. La gente tiene que "dejar la maricada" como decimos en mi casa; ponerse un par de pelotas, dejar los sentimientos en el clóset, y enfrentarse al mundo real - donde NADIE dice las cosas como maripositas ;-)
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