La semana pasada sufrí un corte
de luz que duró unas 21 horas y algunos minutos. Mi cabeza funcionó de manera
caótica, se preparó para una “situación de emergencia” como la luz que quedó
prendida en el pasillo del edificio y, luego de mucho rato, surgieron algunas
cuestiones para destacar.
Si se corta la luz, la mujer se
despierta y se desvela, esperando ansiosa que vuelva.
Si se corta la luz, el hombre
aprovecha y duerme.
Si al día siguiente amanece y no
hay luz, la mujer se levanta, se baña a la luz de las velas y deja las velas a
mano para que el hombre solo tenga que prenderlas. Mira la heladera con miedo y
piensa en todo lo que no va a poder hacer: lavar, limpiar, ordenar, leer,
trabajar.
Si al día siguiente amanece y no
hay luz, el hombre aprovecha y duerme hasta el segundo anterior a tener que
salir a trabajar.
Durante la jornada de trabajo, la
mujer llamará insistentemente para consultar si ha vuelto la luz y dejará
asentados sus reclamos a cuanto ente encuentre a su paso, sobre todo en la
víspera de fin de semana.
Durante la jornada de trabajo, el
hombre trabajará y si vuelve la luz bien y si no, mala suerte.
Si a la vuelta de una jornada de
trabajo no hay luz, la mujer irá a comprar las velas que el hombre no compró,
también comprará una linterna para entrar y salir del edificio, levantará la
ropa que quedó tendida y que la falta de luz no impide que sea guardada recién
lavada. Intentará pensar en alternativas sin energía eléctrica, escuchará la
radio desde el celular y pensará qué hacer con toda la comida que se eche a
perder.
Si a la vuelta de una jornada de
trabajo no hay luz, el hombre decidirá salir a comer afuera o ir a dormir a la
casa de sus padres.
Porque, en definitiva, el hombre
solo piensa en futbol y en dormir. Si no hay luz, no puede mirar futbol y
entonces aprovechará para dormir. No hay nada que el hombre pueda hacer ante la
ausencia de energía eléctrica. No entra dentro de los pensamientos de un hombre
la cantidad de dinero gastado en el supermercado y la consiguiente pérdida de
todo lo almacenado en la heladera. No entra en sus pensamientos la posibilidad
de cocinar lo que está en el freezer para intentar recuperar algo de comida. No
entra en sus pensamientos la acumulación de ropa sucia en un canasto, ni la
casa llena de restos de vela, ni la imposibilidad latente del aseo personal
ante la ausencia de agua.
No, el hombre solo registra el
corte de energía porque no puede prender el puto televisor para ver el partido
de futbol.
Por eso la mujer es una loca
histérica que hace cualquier cosa por intentar que le devuelvan la energía al
pedo. Si total, en casa de papá y mamá la tele anda!!!!
Sí, a vos te lo dedico. Hacete
cargo, mierda!