Buenos días y bienvenidos a la ironía que le pongo al día a día, para que pese menos...

lunes, 6 de agosto de 2012

De los cortes de luz y la reacción por género


La semana pasada sufrí un corte de luz que duró unas 21 horas y algunos minutos. Mi cabeza funcionó de manera caótica, se preparó para una “situación de emergencia” como la luz que quedó prendida en el pasillo del edificio y, luego de mucho rato, surgieron algunas cuestiones para destacar.

Si se corta la luz, la mujer se despierta y se desvela, esperando ansiosa que vuelva.
Si se corta la luz, el hombre aprovecha y duerme.

Si al día siguiente amanece y no hay luz, la mujer se levanta, se baña a la luz de las velas y deja las velas a mano para que el hombre solo tenga que prenderlas. Mira la heladera con miedo y piensa en todo lo que no va a poder hacer: lavar, limpiar, ordenar, leer, trabajar.
 Si al día siguiente amanece y no hay luz, el hombre aprovecha y duerme hasta el segundo anterior a tener que salir a trabajar.

Durante la jornada de trabajo, la mujer llamará insistentemente para consultar si ha vuelto la luz y dejará asentados sus reclamos a cuanto ente encuentre a su paso, sobre todo en la víspera de fin de semana.
Durante la jornada de trabajo, el hombre trabajará y si vuelve la luz bien y si no, mala suerte.

Si a la vuelta de una jornada de trabajo no hay luz, la mujer irá a comprar las velas que el hombre no compró, también comprará una linterna para entrar y salir del edificio, levantará la ropa que quedó tendida y que la falta de luz no impide que sea guardada recién lavada. Intentará pensar en alternativas sin energía eléctrica, escuchará la radio desde el celular y pensará qué hacer con toda la comida que se eche a perder.
Si a la vuelta de una jornada de trabajo no hay luz, el hombre decidirá salir a comer afuera o ir a dormir a la casa de sus padres.

Porque, en definitiva, el hombre solo piensa en futbol y en dormir. Si no hay luz, no puede mirar futbol y entonces aprovechará para dormir. No hay nada que el hombre pueda hacer ante la ausencia de energía eléctrica. No entra dentro de los pensamientos de un hombre la cantidad de dinero gastado en el supermercado y la consiguiente pérdida de todo lo almacenado en la heladera. No entra en sus pensamientos la posibilidad de cocinar lo que está en el freezer para intentar recuperar algo de comida. No entra en sus pensamientos la acumulación de ropa sucia en un canasto, ni la casa llena de restos de vela, ni la imposibilidad latente del aseo personal ante la ausencia de agua.

No, el hombre solo registra el corte de energía porque no puede prender el puto televisor para ver el partido de futbol.
Por eso la mujer es una loca histérica que hace cualquier cosa por intentar que le devuelvan la energía al pedo. Si total, en casa de papá y mamá la tele anda!!!!
Sí, a vos te lo dedico. Hacete cargo, mierda!